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ORGAZ EN LOS TEXTO
Textos literarios

Prim


Benito Pérez Galdós. (1843-1920)

 

Benito Pérez Galdós (1843-1920) recrea novelescamente en los Episodios Nacionales la compleja vida en la España del siglo XIX ( vida cotidiana, lucha política, guerras, etc).
En la entrega que lleva por título Prim (1906) nos presenta las constantes intrigas y conspiraciones de los últimos años del reinado de Isabel II, aglutinados en torno a la figura del general PRIM,  proyectando las dudas de la sociedad española sobre este General.
 Santiago Ibero, uno de los protagonista, adora al General. Galdós gran conocedor del camino de Andalucía, hace pasar a Ibero por Orgaz cuando se dirige hacia Madrid en una de sus andanzas por la geografía española, comisionado por Clavería, uno de los colaboradores de Prim en sus actividades conspiratorias.

 

FRAGMENTO DEL TEXTO

 

- XXVI -


…/…


Y no había terminado el salvaje Ibero sus faenas matinales, cuando le sorprendió la súbita aparición de Clavería, el cual, apartándose con él de la caterva de machacantes y acemileros, le dijo: «Prepárate, que vas a un recado».   -270-  

-¿Lejos, señor?

portada-Como lejos, muy lejos, no es... Pero tampoco es cerca. A Madrid tienes que ir. Como tu bagaje es no m ás que tu persona y un lío en que metes dos mudas de ropa, ya estás andando, que hay prisa. Sales ahora mismo, tomas el camino de Orgaz, ¿ves? por aquella loma... rumbo Norte clavado. En Orgaz dejas a la izquierda el camino de Toledo, y te vas hacia Almonacid del Campo, y de allí derecho a pasar el Tajo por las barcas de Ateca. Te indico ese camino porque no conviene que pases por Toledo, donde está Echagüe con la columna que nos persigue. Andando todo el día... no es mucho: doce leguas... puedes llegar a Villaseca, al otro lado del Tajo, antes de media noche. Duermes seis horas... y mañana sigues por Pantoja, Yeles, Torrejoncillo, Parla, Getafe... y en Madrid a las dos o las tres de la tarde. Eres buen andarín, excelente geógrafo... no te detendrás a gandulear, ni equivocarás el camino... En Madrid a las tres de la tarde... Para no sofocarte, te pongo las cuatro. Ahora, fíjate bien en lo que tienes que hacer en cuanto llegues. ¿Ves esta carta? Has de entregarla a don Ricardo Muñiz; pero en el sobre no se ha escrito este nombre, sino otro con las mismas iniciales. Mira, lee: Señor don Roque Muñoz. Lee este nombre y olvídalo, porque la verdadera dirección, Ricardo Muñiz, ha de ir bien grabada en tu memoria. Repite este nombre, repítelo muchas veces. Que yo lo oiga, que   -271-   yo lo vea bien grabado con buril dentro de su sesera...».

Repitió Ibero el nombre y apellido hasta que Clavería dijo: «Basta. Confío en tu agudeza y en el interés con que sirves al General. Pues lo mismo has de grabar en tu memoria las señas, que no son las que aquí se ponen: Carretas, 10. Olvida esto, y coge y graba la verdadera dirección: Carmen, 1. Repítelo»... «No es necesario -dijo Ibero, valiente y seguro de sí mismo-. Carmen, 1: es muy fácil de recordar. Yo compongo este barbarismo: Carmuñardo, donde están al revés las sílabas más sonantes de las tres palabras, calle, apellido y nombre. No se me olvida; esté usted tranquilo.

-La carta está escrita en un lenguaje cifrado y convencional, y si te la quitaran, nada sospechoso ni justiciable encontrarían en ella. La entregarás a ese señor en propia mano, sin perder horas ni minutos. Toma y guarda... Y ahora, fíjate en un segundo encargo, también del General... y mío (saca otra carta). Aquí tienes... Esta no lleva la dirección disimulada. ¿Ves? Señor don José Rivas Chaves, del Comercio. Desengaño, 19. Es una recomendación para que te coloque en su comercio de telas. (Abre la carta; Ibero la lee rápidamente.) ¿Te enteras? Tú, el portador de la presente, vas a Madrid en busca de colocación, y yo, que aquí firmo José González, y me llamo corresponsal de Rivas Chaves en Orgaz, te recomiendo a él... Todo es figurado: la carta, en escritura   -272-   invisible que Chaves hará salir del papel por un procedimiento químico, le dice cosas muy distintas de lo que va escrito con tinta ordinaria... Este amigo mío te recibirá muy bien, y te dará lo que necesites para tus gastos en Madrid, o para los que tengas que hacer luego... que aún no he concluido, Santiago. Me has prometido sumisión, obediencia absoluta.

-He prometido y cumpliré. ¿Qué tengo que hacer?

-Pues desempeñados los encargos que llevas a Madrid, te vas a Samaniego, …

…/…

- XXVII -



Con ánimo decidido emprendió el gran Ibero su marcha hacia los Yébenes, por un país rocoso y montaraz, más habitado de alimañas que de personas. Guiábale su sentido geográfico, admirable don que aprendido parecía del trato con las aves emigrantes; alas le daba su deseo de cumplir lo mandado y de contribuir a los planes del General, y por fin, el ir a Madrid en aquella ocasión causábale gran regocijo, por las razones que él mismo habría dado a conocer si su reserva característica no rigiese lo mismo para sus amigos que para los lectores de sus aventuras.

En esta favorable disposición atravesó breñales, quintos y dehesas; pasó el Amarguillo, y salvando las asperezas de la sierra de Orgaz, llegó a la feudal villa de este nombre, donde dio a su cuerpo un reparo nutritivo, siguiendo hacia Mascaraque y Almonacid. En terreno menos quebrado fue su marcha más segura y metódica; a nadie preguntó el camino; derecho iba en busca del río Algodor, por cuya margen izquierda había de llegar a la barca del Tajo.

 

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Texto tomado de: PÉREZ GALDÓS, Benito : Prim .- Madrid: Páez y Compañía, 1906, pp-270-275


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Creación: noviembre 1998 / Última modificación: