El
P. Luis Coloma, Jesuita de Jerez de la Frontera, relata en esta
obra la historia de Don Juan de Austria, el bastardo de Carlos
V y héroe de Lepanto. Novela ejemplar en su género, repleta
de aventuras, lirismo, patrioterismo de clase media y siempre
con un estilo literiario chispeante y fluido. El Conde
de Orgaz del momento aparece en el relato como uno de los mejores
amigos de D. Juan de Austria.
LIBRO
2
- VI -
.../...
La corte de Felipe II de entonces era, indudablemente, la más
severa de su tiempo; pero era también la más magnífica,
la más suntuosa, y abundaban en ella las diversiones honestas
y
D. Juan de Austria (Velazquez) |
la
galantería caballeresca de buena ley, propia de aquellos
tiempos en que escaseasen tampoco, como natural consecuencia,
las intrigas, los enredos y los escándalos, entre damas
y galanes, que unas veces reprimía Don Felipe públicamente
con mano firme, otras corregía en secreto y no pocas dejaba
correr sin darse por entendido, por razones que siempre permanecieron
secretas.
Dividíase
la corte, como en casi todas ellas acontece, en dos campos completamente
diversos: el palaciego y el político.
.../...
Agrupose, naturalmente, en torno a la brillante figura de Don
Juan lo más granado de la juventud de la corte, y él
era quien ponía el tono en ella, y dirigía y concertaba
los torneos, cacerías, cañas, máscaras y
encamisadas, que formaban entonces la diversión de la gente
joven de la nobleza.
Mas
aunque todos solicitaban su favor, sólo dos lo consiguieron
íntimo y duradero hasta la muerte, que fueron el conde
de Orgaz y don Rodrigo de Mendoza, hijo segundo del duque del Infantado.
...
LIBRO
4
-VI-
Cuenta
Coloma que , despues de la conquista de Tunez, estando don Juan
descansando en los jardines de la alcazaba, se vio sorprendido
por la presencia de un león:
.../...
Apareció entonces por el lado de los baños un esclavo
nubiano, y explicoles, con pintoresca mímica, que aquel
hermoso animal era un león domesticado para solaz del rey
Hamida y que vivía familiarmente con todos los habitantes
de la Alcazaba.
.../...
Éste es el león que suele verse pintado en algunos
retratos de Don Juan de Austria, y el carácter jovial y
caballeresco de éste le llevó entonces a firmarse
humorísticamente en las cartas a sus dos íntimos
amigos don Rodrigo de Mendoza y el conde
de Orgaz,
el caballero del león; y en otra a Juan Andrea Doria, lamentándose
de sus trabajos en Flandes, dice: «De la buena vida de Génova
y su ribera no tiene el caballero del león un tan sólo
punto de invidia, tras que la suya es en mucho mayor extremo trabajosa
que del caballero descansado, descansada» ...
LIBRO
4
-XI-
A
la muerte (marzo de 1576) en Bruselas, del comendador mayor
don Luis de Requeséns, nombró Felipe II gobernador
y capitán general de los Estados de Flandes a su hermano
Don Juan de Austria. Don Juan, que estaba en los Paises Bajos,
recibió la noticia de su nombramiento en carta del rey
escrita el 8 de abril de 1576 y quiso viajar a España,
a fuer de escarmentado con personas intermedias, para tratar
directamente con su hermano Don Felipe de los recursos con que
podía contar, y la gente de que podía disponer
en su nuevo y difícil gobierno. No gustó la idea
a Felipoe II, que se encontraba en el Escoarial:
.../...
Y aun hizo más Don Felipe: hallábase a la sazón
en El Escorial, donde había pasado el verano con su familia,
y prolongó su estancia allí más tiempo que
de ordinario, para noestar en Madrid a la llegada de Don Juan
de Austria, encomendando a Antonio Pérez que le recibiese
y hospedase en su famosa casa de campo La Casilla. He aquí
cómo elmismo Antonio Pérez refiere en una nota del
Memorial este notable suceso: «Y en verdad que tengo que
añadir aquí, sin esperar a los paralipómenos,
que la causa porque fue huésped de Antonio Pérez
Don Juan en su casilla de campo por algunos días fue porque
el rey no quería concederle el tal tratamiento (de infante)
ni quería negárselo, porque la esperanza le llevase
de mejor ánimo a acomodar las cosas de Flandes. Costumbre,
natural de príncipes, sacar fruto de las esperanzas, como
ordinario de los que se mueven por ellas no hallarle por la mayor
parte pasado el servicio. Y porque el Don Juan había forzosamente
de estar en Madrid a disponer algunas cosas en Palacio, por principio
de lo del tratamiento de infante, se resolvió el rey en
no entrar en Madrid hasta que partiese Don Juan a Flandes, y que
en esa otra forma y a costa de Antonio Pérez se disfrazase
el engañode las esperanzas de Don Juan...»
.../...
Salió, pues, Antonio Pérez a recibirle hasta Guadalajara,
y ya le esperaban allí el duque del Infantado con sus hermanos
don Rodrigo y don Diego, el conde
de Orgaz, el duque de Medina de Ríoseco
y algunos otros amigos íntimos que le escoltaron toda aquella
jornada hasta dejarle en La Casilla de Antonio Pérez.
Estaba esta famosa casa de recreo,admiración del Madrid
de entonces, en el sitio que ocupa hoy el convento de Santa Isabel,
en la calle de este nombre, ...
LIBRO
4
- XIII -
Don Juan, regresa
a Bruselas, como Gobernador y Capitán general de los
Estados de Flandes.
.../...
Quiso Don Juan de Austria compensar su tardanza en emprender el
viaje con su prisa en ejecutarlo, y con tal rapidez lo hizo y
tantos trabajos, que con razón pudo escribir con su habitual
buen humor a sus grandes amigos el conde de Orgaz y don Rodrigo
de Mendoza: «Octavio viene muy deshecho de nalgas, y lo
mismo le acaescerá a su señoría..., si hubiera
dormido tan poco, corrido tanto y pasado por lo que nosotros,
que íbamos llamando muchas veces: ¡Ah, don Rodrigo!
¡Ah, conde
de Orgaz!» ...
LIBRO
4
- XXI -
.../...
Mas sucedió que en aquellos mismos
días en que tan milagrosamente escapaba Escobedo de las
tres tentativas de envenenamiento, llegó a Madrid una noticia
temida siempre, y a cada momento esperada, que vino a cambiar
por completo la política y los planes de Felipe II... La
guerra había estallado en Flandes más cruel y encarnizada
que nunca, provocada por los mismos rebeldes, y Don Juan de Austria,
recibiendo materialmente de limosna un puñado de dinero
para acallar sus escasas tropas tudescas, y uniendo a éstas
algunos soldados españoles de los retirados en Francia,
que espontáneamente volaron en su ayuda al saberle en tanto
peligro, recogía gloriosamente en Gembloux el guante que
le arrojaban los rebeldes, alcanzando sobre ellos aquella maravillosa
victoria que tan de relieve puso su valor personal, su pericia
de caudillo, su profética sagacidad política y su
profunda fe de cristiano. Con esta señal vencí a
los turcos; con esta señal venceré a los herejes
-había puesto en torno de la cruz que campeaba en su estandarte;
y al describir a sus amigos don Rodrigo de Mendoza y el conde
de Orgaz la estupenda nueva de que sus pérdidas
en la batalla no ascendían sino a cuatro muertos y quince
heridos, pasando las del enemigo de cinco mil, añadía
humildemente: «Hízolo Dios, y suya sola fue la jornada,
en tiempo que, a no hacerse, a estas oras muriéramos de
ambre embueltos en otros cien mil peligros.»
Estas nuevas trajo a Felipe el barón de Villy, a quien
Don Juan de Austria despachó con este objeto después
de la batalla, que fue el 31 de enero de 1578. .../...
____________
COLOMA, Luis: Jeromín : Estudios históricos sobre el siglo XVI.-- Bilbao: imprenta del Corazón de Jesús, 1921. 5ª ed. |