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ORGAZ EN LOS TEXTO
Textos literarios

Jeromín: Estudios históricos sobre el siglo XVI


Luis Coloma (1851-1914)

 

El P. Luis Coloma, Jesuita de Jerez de la Frontera, relata en esta obra la historia de Don Juan de Austria, el bastardo de Carlos V y héroe de Lepanto. Novela ejemplar en su género, repleta de aventuras, lirismo, patrioterismo de clase media y siempre con un estilo literiario chispeante y fluido.  El Conde de Orgaz del momento aparece en el relato como uno de los mejores amigos de D. Juan de Austria.

LIBRO 2
- VI -

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La corte de Felipe II de entonces era, indudablemente, la más severa de su tiempo; pero era también la más magnífica, la más suntuosa, y abundaban en ella las diversiones honestas y

D. Juan de Austria (Velazquez)
D. Juan de Austria (Velazquez)

la galantería caballeresca de buena ley, propia de aquellos tiempos en que escaseasen tampoco, como natural consecuencia, las intrigas, los enredos y los escándalos, entre damas y galanes, que unas veces reprimía Don Felipe públicamente con mano firme, otras corregía en secreto y no pocas dejaba correr sin darse por entendido, por razones que siempre permanecieron secretas.

Dividíase la corte, como en casi todas ellas acontece, en dos campos completamente diversos: el palaciego y el político.
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Agrupose, naturalmente, en torno a la brillante figura de Don Juan lo más granado de la juventud de la corte, y él era quien ponía el tono en ella, y dirigía y concertaba los torneos, cacerías, cañas, máscaras y encamisadas, que formaban entonces la diversión de la gente joven de la nobleza.

Mas aunque todos solicitaban su favor, sólo dos lo consiguieron íntimo y duradero hasta la muerte, que fueron el conde de Orgaz y don Rodrigo de Mendoza, hijo segundo del duque del Infantado. ...

LIBRO 4
-VI-
 
 
Cuenta Coloma que , despues de la conquista de Tunez, estando don Juan descansando en los jardines de la alcazaba,  se vio sorprendido por la presencia de un león:

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Apareció entonces por el lado de los baños un esclavo nubiano, y explicoles, con pintoresca mímica, que aquel hermoso animal era un león domesticado para solaz del rey Hamida y que vivía familiarmente con todos los habitantes de la Alcazaba.
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Éste es el león que suele verse pintado en algunos retratos de Don Juan de Austria, y el carácter jovial y caballeresco de éste le llevó entonces a firmarse humorísticamente en las cartas a sus dos íntimos amigos don Rodrigo de Mendoza y el conde de Orgaz, el caballero del león; y en otra a Juan Andrea Doria, lamentándose de sus trabajos en Flandes, dice: «De la buena vida de Génova y su ribera no tiene el caballero del león un tan sólo punto de invidia, tras que la suya es en mucho mayor extremo trabajosa que del caballero descansado, descansada» ...

LIBRO 4
-XI-

 
 
A  la muerte (marzo de 1576) en Bruselas, del comendador mayor don Luis de Requeséns, nombró Felipe II gobernador y capitán general de los Estados de Flandes a su hermano Don Juan de Austria. Don Juan, que estaba en los Paises Bajos, recibió la noticia de su nombramiento en carta del rey escrita el 8 de abril de 1576 y quiso viajar a España, a fuer de escarmentado con personas intermedias, para tratar directamente con su hermano Don Felipe de los recursos con que podía contar, y la gente de que podía disponer en su nuevo y difícil gobierno. No gustó la idea a Felipoe II, que se encontraba en el Escoarial:

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Y aun hizo más Don Felipe: hallábase a la sazón en El Escorial, donde había pasado el verano con su familia, y prolongó su estancia allí más tiempo que de ordinario, para noestar en Madrid a la llegada de Don Juan de Austria, encomendando a Antonio Pérez que le recibiese y hospedase en su famosa casa de campo La Casilla. He aquí cómo elmismo Antonio Pérez refiere en una nota del Memorial este notable suceso: «Y en verdad que tengo que añadir aquí, sin esperar a los paralipómenos, que la causa porque fue huésped de Antonio Pérez Don Juan en su casilla de campo por algunos días fue porque el rey no quería concederle el tal tratamiento (de infante) ni quería negárselo, porque la esperanza le llevase de mejor ánimo a acomodar las cosas de Flandes.  Costumbre, natural de príncipes, sacar fruto de las esperanzas, como ordinario de los que se mueven por ellas no hallarle por la mayor parte pasado el servicio. Y porque el Don Juan había forzosamente de estar en Madrid a disponer algunas cosas en Palacio, por principio de lo del tratamiento de infante, se resolvió el rey en no entrar en Madrid hasta que partiese Don Juan a Flandes, y que en esa otra forma y a costa de Antonio Pérez se disfrazase el engañode las esperanzas de Don Juan...»
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Salió, pues, Antonio Pérez a recibirle hasta Guadalajara, y ya le esperaban allí el duque del Infantado con sus hermanos don Rodrigo y don Diego, el conde de Orgaz, el duque de Medina de Ríoseco y algunos otros amigos íntimos que le escoltaron toda aquella jornada hasta dejarle en  La Casilla de Antonio Pérez. Estaba esta famosa casa de recreo,admiración del Madrid de entonces, en el sitio que ocupa hoy el convento de Santa Isabel, en la calle de este nombre, ...
 
 

LIBRO 4
- XIII -

Don Juan, regresa a Bruselas, como Gobernador y Capitán general de los Estados de Flandes.

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Quiso Don Juan de Austria compensar su tardanza en emprender el viaje con su prisa en ejecutarlo, y con tal rapidez lo hizo y tantos trabajos, que con razón pudo escribir con su habitual buen humor a sus grandes amigos el conde de Orgaz y don Rodrigo de Mendoza: «Octavio viene muy deshecho de nalgas, y lo mismo le acaescerá a su señoría..., si hubiera dormido tan poco, corrido tanto y pasado por lo que nosotros, que íbamos llamando muchas veces: ¡Ah, don Rodrigo! ¡Ah, conde de Orgaz!» ...

LIBRO 4
- XXI -

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     Mas sucedió que en aquellos mismos días en que tan milagrosamente escapaba Escobedo de las tres tentativas de envenenamiento, llegó a Madrid una noticia temida siempre, y a cada momento esperada, que vino a cambiar por completo la política y los planes de Felipe II... La guerra había estallado en Flandes más cruel y encarnizada que nunca, provocada por los mismos rebeldes, y Don Juan de Austria, recibiendo materialmente de limosna un puñado de dinero para acallar sus escasas tropas tudescas, y uniendo a éstas algunos soldados españoles de los retirados en Francia, que espontáneamente volaron en su ayuda al saberle en tanto peligro, recogía gloriosamente en Gembloux el guante que le arrojaban los rebeldes, alcanzando sobre ellos aquella maravillosa victoria que tan de relieve puso su valor personal, su pericia de caudillo, su profética sagacidad política y su profunda fe de cristiano. Con esta señal vencí a los turcos; con esta señal venceré a los herejes -había puesto en torno de la cruz que campeaba en su estandarte; y al describir a sus amigos don Rodrigo de Mendoza y el conde de Orgaz la estupenda nueva de que sus pérdidas en la batalla no ascendían sino a cuatro muertos y quince heridos, pasando las del enemigo de cinco mil, añadía humildemente: «Hízolo Dios, y suya sola fue la jornada, en tiempo que, a no hacerse, a estas oras muriéramos de ambre embueltos en otros cien mil peligros.»

     Estas nuevas trajo a Felipe el barón de Villy, a quien Don Juan de Austria despachó con este objeto después de la batalla, que fue el 31 de enero de 1578. .../...

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COLOMA, Luis: Jeromín : Estudios históricos sobre el siglo XVI.-- Bilbao: imprenta del Corazón de Jesús, 1921. 5ª ed.


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Creación: noviembre 1998 / Última modificación: