Manuel Chamoso LLamas en su artículo "Alberto de Churriguera y su iglesia de Orgaz (Toledo). Estudio histórico-artístico" (1) , hace el siguiente análisis del edificio:
Orgaz,
del que dice Madoz , "ayuntamiento en la provincia y diócesis
de Toledo, está situado en una cañada al pie de
la sierra de Yébenes, de la cual dista media legua, prolongándose
de E. O.; tiene 406 casas de un solo piso en lo general y de poca
comodidad. Un castillo al lado 0. que domina todo el llano
en una circunferencia de ocho a diez leguas, en buen estado de
fortificación. Iglesia parroquial de Santo Tomás,
el edificio fue construido en el año 1770, a expensas del
pueblo, todo de piedra sillería, compuesto de una magnífica
nave, siete capillas y trece altares, con alhajas y ropas necesarias
para el culto, que se celebra con bastante solemnidad".
El examen exterior del templo nos coloca, en primer lugar, ante una fachada que marca un prudente cálculo de severidad. La portada, hábil ejecución y sencilla en su desarrollo, sólo recarga un poco la línea en ese escorzo, que señala a Alberto en todas sus construcciones.
Consta esta portada de dos cuerpos y un remate. El primer cuerpo presenta, a cada lado de la puerta, una columna dórica de fuste monolítico liso y una pilastra del mismo orden que soportan un entablamiento bien proporcionado, cuya cornisa recibe sobre la puerta un desvío curvilíneo que se transforma en arquivolta obligada para cobijar el escudo cardenalicio del Infante D. Luis de Borbón. El segundo cuerpo se eleva ateniéndose al límite marcado por las columnas del cuerpo inferior, lo cual le reduce, en sus dimensiones. Entre las pilastras que lo forman existe, perfectamente enmarcada una hornacina, situada sobre arquivolta que corona la puerta y unida a las otras dos que rellenan con su presencia el macizo respetado entre columna y pilastra, hacen recordar de muy cerca el estilo gigante italiano, aunque de un modo muy modesto y contrapesado por la técnica personal de un Churriguera. El remate del conjunto, a manera de copete, se ameniza con cornisas sinuosas y prolongación de trazos curvilíneos que sostienen el caprichoso elemento terminal. La presencia de varias ventanas, algunas ciegas por razones de obra, nos hace ver en el dibujo de su marco el sello propio del barroco salamantino, que se muestra con todo el valor de su enorme influencia, en este caso, en plena Castilla. Este discreto lujo en el adorno exterior de las ventanas, hace juego con la gallarda elegancia de las dos cúpulas ovaladas que emergen laterales al término de la nave. Presentan estas cúpulas un tambor octogonal esbeltísimo y sometido, dentro de una armonía lineal exacta, a la forma elíptica. Decoran el tambor cuatro ventanas finamente ornadas en su marco con elementos barrocos característicos y que aparecen en los cuatro lados libres de la cúpula correspondientes al exterior, ya que los cuatro restantes quedan sometidos a las condiciones de obra que los oculta, adosándolos al muro. La linternilla ofrece el mismo estilo de la ornamentación del tambor, teniendo su complemento en la deliciosa cupulina y en el fino remate de tan maravillosa construcción. Todo esto hace que se consiga en el exterior un efecto de monumantalidad, que se manifiesta también en el tono sobrio de los sillares potentes perfectamente agrupados.
En cuanto al interior, como ya dejamos anotado, la primera impresión que se recibe es una reacción bastante dolorosa. Una nave magnífica, de grandes y proporcionadas dimensiones, pulcra y suave de ejecución en la bóveda, se ve materialmente tapiada por la capilla mayor, que se adelanta en una completa dislocación de la simetría en relación con la obra en total. Es exactamente la decapitación del proyecto concebido por Alberto de Churriguera.
El examen de la planta que esta iglesia ofrece, nos da el resumen
de toda la construcción. Presenta una nave amplia de 12
m. de ancho y 40 de fondo, con siete capillas proporcionadas en
una regulada adaptación a estas medidas. La existencia
de una sola torre da lugar a una capilla más, con respecto
a otras iglesias del estilo, la que en este caso se encuentra
destinada a Baptisterio. Está, así como su correspondiente
en el otro lado, el recinto que ocupa la torre, ofrecen una diferencia
de medidas con respecto a las demás capillas, que tiene
su explicación en la existencia del coro, que avanza ocupando
todo este primer cuerpo de la nave. La capilla mayor aparece fuera del eje de la nave en una dimensión de 0'90 m., presentándose, por consiguiente, inclinada toda esta parte antigua que muestra así, como diferencia de medidas con respecto a los últimos machones (en este caso doble pilastra) de la iglesia nueva, en qué forma ha sido corrida la planta de la nueva construcción, pudiendo deducirse de ello la reconstrucción mental del plano antiguo el proyecto de Fabián Cabezas, primero, y el actual, no concluido de Alberto. Tiene el eje central una longitud, como hemos ya anotado, de 40
m., y un ancho la nave de 12. Estas dimensiones, al compararlas
con las de la iglesia de San Juan Bautista, de Toledo, 12 m. de
ancho por 40 de fondo, nos muestra de manera clara la enorme importancia
del proyecto de Alberto. Nada lo prueba, pero no sería
muy arbitrario, quizás, pensar en un cierto reflejo a través
de la mente de Alberto de la iglesia de Toledo en esta de Orgaz.
Son exactamente el tipo de iglesia jesuítica.
En cuanto al alzado, en toda su estructura domina una norma dilatada de severidad en un movimiento puro de lógica simetría. La patente sencillez en el decorado nos participa esas sensaciones suaves de reposo, con reflejos inusitados al espíritu,característico de todas las iglesias jesuíticas. Sin embargo, la nave, con su techo penetrado por cuatro lunetos a cada lado, permite muy holgadamente el derroche de adornos que algunas iglesias del estilo presentan, aquí una simple moldura interpreta el orden de construcción admirablemente. Las pilastras, que arrancan de un macizo bastante pesado, llegan a finalizar en una cornisa puramente barroca que contiene un movido tarjetón propio del estilo, única moldura algo trabajada que distrae en la nave. Los ventanales, potentes de luz que invade en perfecta orientación el templo, presentan un marco no muy profuso en decorado pero con un dibujo típico barroco que, aunque más rico, hemos podido apreciar en otras construcciones de Alberto. Es precisamente la norma del barroco salmantino concebida por los Churriguera. La bóveda, que como queda dicho es de medio cañón, con lunetos que van a perfilar los recuadros guarnecidos de discreta moldura que se comparten en el espacio central de la nave, tiene una altura de 20 m. que, en relación con las demás dimensiones, ofrece una amplitud que se traduce en una apariencia de monumentalidad que, en verdad, no puede negarse como propia característica de esta construcción. Las capillas, bastante espaciosas y con magníficos retablos, contribuyen a engrandecer este trozo proporcionado de la iglesia.
El retablo de la capilla mayor, que como toda ella pertenece a la anterior construcción, muestra un trazado de corte neoclásico con su amplitud de medidas sometidas a una norma de simetría dirigida por la sencilla uniformidad de las líneas, que guardan una discreta severidad en la ornamentación que le sutiliza en una esbeltez apropiada. Podemos fecharlo aproximadamente, colocándolo en los últimos años del siglo XVII. (Lámina III, A.). En el centro ostenta un lienzo de Francisco Rizi, que lleva la fecha de 1679 y representa la duda de Santo Tomás. Aunque algo deteriorado y con la falta de una oportuna restauración, puede verse como una apreciable obra pictórica de la escuela madrileña del siglo XVII. (Este artículo de Manuel Chamoso, se escribe en 1933, antes de la Guerra Civil, durante la cual fue quemado el altar mayor. El cuadro de "La duda de Santo Tomas" que hoy se exhibe en el retablo es de Juan Carreño de Miranda. Durante la Guerra Civil desaparecieron la mayoría de retablos e imágenes que cita Chamoso en este artículo) Partiendo de la capilla mayor, por el lado derecho, nos encontramos con la deliciosa capilla de Jesús. En un retablo primorosamente labrado, atenido a un tipo armónico de formas dentro del barroco, se guarda la imagen de Jesús Nazareno, bellísima talla que contiene una expresión tal de dulzura y serenidad, que diviniza de una manera admirable el dolor humano de esas horas terribles que preceden a la crucificación. Todo el zócalo de la capilla, en una altura de un metro,
es de hermoso mármol de color, traído, según
algunos documentos que no determinan el lugar, de canteras vecinas.
Vivo contraste ofrece esta cúpula en cuanto a lo que su ornamentación se refiere, con la correspondiente del lado izquierdo, la capilla del Cristo del Olvido , la cual presenta su cúpula decorada muy pobremente, apareciendo tan sólo en las pechinas un ligero dibujo a manera de esquema de la que la otra ostenta. Pronto encontramos la causa en un documento perteneciente alos libros de fábrica y en el que se dice que en 1757 se traían, para terminar la cúpula correspondiente a la capilla del Cristo del Olvido, así como para concluir la torre, pizarras de Segovia. Esto nos muestra a qué altura estaban las obras en 1757. La falta de dinero, que no permitió concluir el templo cortándolo en los machones de donde iba a partir el crucero, es la causa de esta sobriedad y falta de ornamentación en la capilla del Cristo del Olvido. Y precisamente el caso de que sea esta imagen la que mayor devoción inspiraba en la villa y muestre su pobreza con respecto a la otra, sostiene nuestra creencia de que la capilla de Jesús ha sido construida cuando abundaba el dinero, probablemente antes de morir Alberto y de iniciarse los paros, por razones pecuniarias, a intervalos, detenía el avance de la obra. Recordemos el documento mencionado en que una vecina de Orgaz hace donación de determinada cantidad para comprar unas casas situadas detrás de la Iglesia, y que dice cómo no habiendo de qué se fabrique la capilla mayor, por la falta de medios, se emplee su dinero en la continuación de la Iglesia. Este documento está inserto en el libro de visitas eclesiásticas correspondientes al año 1757, fecha que coincide con la antes citada en que se traían pizarras para concluir la capilla del Cristo del Olvido, siendo claro, por tanto, que esta capilla se construyó mediante esfuerzos económicos y a expensas particulares. El hecho de traer pizarras para concluir la torre en 1757, se adapta a la noticia que otro documento nos da de que José Sierra fue últimamente quien dirigió la obra, lo que parece demostrar que este maestro construía esta cúpula, como todo lo último que en la iglesia se hizo, siguiendo con escrupulosa exactitud el diseño de Alberto, como lo confirma el trazado de la cúpula de la capilla de Jesús, en la que se ve patente la mano de Alberto Churriguera. José Sierra es el arquitecto que sucedió a Alberto en la dirección de la obra a la muerte de éste, que tuvo lugar como ya vimos, en 27 de febrero de 1750. En el otro lado de la capilla y enfrente a dicha puerta se encuentran los restos del camarín de la Virgend el Rosario. Una puerta comunica la capilla mayor con una escalera corta que da acceso a un vestíbulo reducido que, a su vez, comunica con una estancia de las mismas dimensiones, la cual ostenta una graciosa cupulita de media naranja muy sencilla. De aquí se pasa a un local asfixiado por un paredón en el que se ven aún dos columnas con sus correspondientes capiteles, de los que arranca un resto de arco que sería probablemente uno de los del crucero de la iglesia antigua. En estas dependencias se encuentra en la actualidad instalado el Museo parroquial.
Esta parte, que correspondía al último trozo de la primitiva iglesia, muestra la robustez de los muros que presentan una pesadez considerable, así como las dimensiones que tendría aquella obra anterior, cosa que explica en parte la nececesidad que el pueblo, bastante numeroso en habitantes, sentía de ampliarla. Los mismos materiales hacinados sin orden, de que se quejaba Churriguera como impotentes en aquella obra, sostienen ahora este trozo, trazado dentro de una norma de tosquedad y rudeza que habían de contrastar y contrastan con las líneas elegantes y seguras de los Churriguera. ---o--- Tenemos por tanto en Orgaz un documento en piedra que, aunque sin concluir, acredita la forma y manera de "hacer" de Alberto Churriguera, de uno de los elementos de esta familia de arquitectos que imaginaron y llegaron a lograr ser nacionalmente un estilo tan formidablemente revelado. En monumentos religiosos como éste, uno de los muchos esparcidos por España entre los tantos que permanecen en el incógnito, no será difícil hallar la patente de este estilo, del estilo llamado de los "pormenores ornamentales" que, con un sentido vigoroso realismo se ha apoderado de la arquitectura española del siglo XVIII, alzando una barrera de oposición contra la influencia francesa de esta época, que sometió a la mayor parte de los países europeos. ---o--- A modo de colofón transcribo el texto que el Conde de Cedillo escribió tras visitar la iglesia de Orgaz, para el Catálogo del Patrimonio de la Provincia de Toledo:
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(1) MANUEL CHAMOSO LAMAS: Alberto de Churriguera y su iglesia de Orgaz (Toledo). Estudio histórico-artístico. Madrid: Hauser y Menet, 1933.- Tirada aparte del Boletín de la Sociedad Española de Excursiones. (Disponible en www.villadeorgaz.es.- Versión para la web y notas: J. Gómez, 2000 ) (2) BARCELO DE TORRES , Ignacio; B.A.B. ARQUITECTOS S.L.P.: Plan director de la Iglesia parroquial de Santo Tomás Apostol, Orgaz-Toledo.-- Julio 2009. Escala 1:300.-- Inédito. (3) LÓPEZ DE AYALA Y LÓPEZ DE TOLEDO, Jerónimo (Conde de Cedillo ): Catálogo Monumental de la provincia de Toledo. 1919. Volumen 2, pp. 51-52 .— En Catálogo Monumental de España (1900-1961). Disponible en: http://biblioteca.cchs.csic.es/digitalizacion_tnt/index_interior_toledo.html (4) BARCELO DE TORRES , Ignacio; B.A.B. ARQUITECTOS S.L.P.: Plan director de la Iglesia parroquial de Santo Tomás Apostol, Orgaz-Toledo.-- Julio 2009. Escala 1:300.-- Inédito.
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Creación: octubre 2000 / Última modificación: mayo 2017