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Villa de Orgaz

Dehesa y poblado de Villaverde


 

Sumario:
Notas históricas
Señorío/Condado de Villaverde
Propietarios de la dehesa
Pleitos
La dehesa


Casa de Los Palacios
Ganadería y agricultura
Plagas de langosta
Otros datos
Temas relacionados


 

Ganadería y agricultura

 

En las Descripciones del Cardenal Lorenzana realizadas en 1784 ya se da cuenta de que en la dehesa pastaban muchos gandos lanares y mulares:

"El término que posee esta villa es corto respecto de su vecindario, por ceñido por una parte alIado de poniente, y norte una grande dehesa, llamada Villaverde de caber siete mil fanegas de tierra propia de la marquesa de Villa García, en donde hubo en otros tiempos una iglesia parroquial anexa a esta de Orgaz y en cuia dehesa pastan muchos ganados, así lanares como mulares". (1)


Catastro de Ensenada

Para darnos una idea del potencial agrícola y ganadero que en el pasado ha tenido la dehesa de Villaverde vamos a referir en primer lugar las informaciones que encontramos en las respuestas que tres peritos dieron al cuestionario del Catastro de Ensenada (2) en el año 1753, de donde entresaco algunos párrafos que nos muestran un retrato vivo de la vida ganadera de la dehesa a mediados del siglo XVIII:

Sobre el tipo de tierras de cultivo y pasto existentes en la dehesa dicen:

“… se compone de tierras de regadío para hortaliza, de secano, de pastos y viñas, y dichas tierras de secano dan una cosecha un años sí y otro no que se llama años y vez, y que las viñas dan una cosecha al año, las tierras de pasto dan un fruto anual y rinden su utilidad por estar arrendadas a ganaderos trashumantes y otros diferentes ganados. Y en cuanto a las tierras de regadío dan una cosecha anual y en esta especie hay la de buena calidad, en las de secano la de buena, mediana y inferior; en las de pastos la de buena, y en las viñas la de mediana u inferior”. (Pregunta 4)

Y explican las dimensiones y calidades de las distintas tierras que eran las siguientes:

“Este término se compone como de seis fanegas de tierra de regadío para ortaliza, trescientas de secano, seis mil y doscientas fanegas de tierras de pastos con utilidad y como diez aranzadas de viñas en esta forma: las dichas tierras de regadío son de buena calidad, en las de secano las cincuenta de buena, las ciento cincuenta de mediana y las ciento de inferior; los pastos todos son de buena calidad y las viñas las seis de mediana y las cuatro de inferior" (Pregunta 10)


Tipos de tierras en la dehesa

A continuación detallan cómo estas tierras están repartidas entre el estado seglar y el eclesiástico:

“De las catorce fanegas y media inferior calidad que resultan pertenece a el Estado eclesiástico se siembran las siete y media de trigo y las siete de centeno”
“De las trescientas y cinco fanegas de tierras de secano que resultan pertenecer a el estado seglar son de ellas la cuarenta y cuatro de buena calidad y estas se siembran las veinte y dan trigo y veinte y dos de cebada por año y vez.
Las ciento y cincuenta y cinco de mediana calidad y estas se siembran de trigo ciento y dos fanegas y las cincuenta y tres de cebada.
Las ciento y seis fanegas que resultan de inferior calidad se siembran las treinta de trigo, veinte de cebada, treinta de centeno y las veinte y seis restantes de Algarrobas, y unas y otras por año y vez”
(Pregunta 10)


Distribución de las tierras de secano de la dehesa

Hay que hacer notar que el profesor Cuesta da unas cifras algo diferentes a las que acabamos de exponer y específica quienes eran los propietarios, incluyendo entre ellos al “señor de la dehesa”, que no figura en la versión del Catastro aquí consultado.

“ Según el Catastro de Ensenada, la dehesa tenía … 326’5 fanegas de labor, 104’75 aranzadas de viñas y 6.224’5 fanegas de pastos, de las que pertenecían al señor de la dehesa 173 fanegas de labor y las 6.224’5 fanegas de pastos, mientras las viñas las poseían trece vecinos, incluidos dos clérigos, de Ajofrín y las 153’5 fanegas de labor restantes once vecinos de Sonseca, dos de Orgaz y otros tres vecinos y tres capellanías de Ajofrín.
De las 326’5 fanegas de labor de la dehesa 51 eran de buena calidad, 155 de mediana y 120’5 de inferior y de las 173 fanegas de labor de la dehesa que pertenecían al señor, 44 eran de buena calidad, 79 de mediana y 50 de inferior calidad. De las 104’75 aranzadas de viña, 97’75 eran de mediana y 7 de inferior calidad”.
(3)


Existe una zona de arbolado:

“Hay otro plantío de árboles que el que dejan referido de viñas” (Pregunta 6)
“El enunciado plantío esta puesto a Marco Real en toda la extensión de la tierra que ocupa(Pregunta 8)


En cuanto a la ganadería llama la atención que en esa época no existiera ganado lanar propio según dicen los peritos:
Que este despoblado y su término no tiene ganado alguno a esquilmo ni esquileo. (Pregunta 18)

Si bien como hemos visto más arriba y veremos más adelante sí pastaban en la dehesa abundantes ganados trashumantes, tal como se afirma en las Descripciones del Cardenal Lorenzana realizadas algunos años después en 1784 :

“… una grande dehesa, llamada Villaverde … en cuia dehesa pastan muchos ganados, así lanares como mulares". (4)

 

También había una yeguada y una muletada propiedad del conde de Torrejón:

“.. hay las especies de ganado de un yeguada que se compone de cincuenta y cuatro yeguas a vientre con su borrico garañón, diferentes potros y potras de todas edades que compondrán como veinte y ocho; y una muletada cerril de todas edades que se compone de treinta y ocho mulas y machos; que una uy otra son propias de la testamentaría del Exmo. Sr. Conde de Torrejón… ”.(Pregunta 20)

 

Arrendamiento de los pastos

La mayor rentabilidad económica de la dehesa de Villaverde la producía el arrendamiento de sus pastos. A este efecto la finca estaba divida en parcelas denominadas “quintos”, que tenían los nombres siguientes: La Puente, Chorrito o Quintillo, Cerro Molondro, El Ancho, Fuente Ramiro, Peña Cordera, La Casa, Canto Bermejo, La Pradilla y Cerro Casillas, Fuente el Moro , el de Peñasestil y Cuartillejos. Las parcelas y los nombres no fueron las mismas en el transcurso del tiempo.

El potencial económico de la dehesa era alto, y entrañaba bastantes problemas de gestión. Los arrendatarios eran ganaderos trashumantes o bien ganaderos de la propia zona.

Veamos la relación de estos arrendadores, pastores trashumantes conocidos aquí como "serranos", en distintos años del siglo XVII elaborada por el profesor Cuesta:

“En 1718 los ganaderos serranos eran todos vecinos de La Torre de Val de San Pedro, salvo Pedro González, que lo era de La Velilla (Pedraza de la Sierra, Segovia). Se trataba de Juan Borreguero Contreras e hijos y aparceros (quinto de La Puente, ¼ del de La Fuente del Moro y 1/16 del de El Chorrito), Domingo y Francisco Harnanz y aparceros (quinto de Canto Bermejo, ½ del de Peña Sestil y 1/8 del de El Chorrito), Francisco Arenal y su hijo Joseph (1/2 del quinto de Cerro Casillas y la ½ y 1/8 del de Peña Sestil), los hermanos Juan y Pedro Ejido (quintos de Los Palacios y El Cuartillejo), Alonso Martín Borreguero y Pedro González (quinto de Cerro Molodro), Juan de Contreras (quinto de Peña Cordera, ½ del de Cerro Casillas y ½ y 1/8 del de El Chorrito) y Juan Borreguero Gordo (quinto Ancho, ¼ del de La Fuente del Moro y 1/16 del de El Chorrito). En 1734 tenía arrendado un quinto Alonso Martín Borreguero. A finales del siglo XVIII volvemos a documentar varios ganaderos de esta procedencia. Don Alonso de Contreras, vecino de Pedraza, tuvo arrendado el quinto de Cerro el Moro (1794-1795 a 1798-1799), Julián García Estirado y Nicolás Andrés, también vecinos de Pedraza, el quinto de La Casa (1794-1795 a 1798-1799) y Juan Ruiz Egido y compañeros, vecinos del Valle de San Pedro, el quinto de Cerro Bermejo (1794-1795 a 1798-1799)”. (5)

Y también había ganaderos de Orgaz, Sonseca o Toledo que arrendaban los pastos de Villaverde:

“En 1718 los ganaderos comarcanos fueron el presbítero don Pedro Perea Nieto y su padre don Juan Perea, vecinos de Orgaz (quinto de Fuente Ramiro y la mitad del de El Chorrito), y don Alonso Gómez de Ajofrín y su mujer, vecinos de Sonseca (quinto de La Pradilleja). En 1734 don Pedro Perea seguía con el arrendamiento de quinto y medio; su presencia se había intensificado a finales del siglo XVIII. Don Luis Perea y Camargo, vecino de Toledo, tuvo arrendado el quinto de Cerro Casillas dos años (1796-1797 y 1797-1798). Don José Dávila tuvo arrendado un año el quinto de Fuente Ramiro, en el que le sucedieron don José Antonio Vaca de Guzmán y después su hermano don Luis, vecinos de Orgaz (1794-1795 a 1802-1803). Don Francisco Antero Martín de Vidales y a su muerte sus hijos don Josef y don Santiago tuvieron arrendados durante cuatro años los quintos de Peña Cordera, La Casa, Cantobermejo y La Pradilla o Cerro del Moro (1799-1800 a 1802-1803). En fin, don Gervasio Fernández Cid, vecino de Orgaz, mantuvo durante varios años el arrendamiento de los cuatro quintos de La Puente, Chorrito, Cerro Molodro y Ancho (1794-1795 a 1802-1803, antes y después)”. (6)



Chozo de pastores

Después de la ocupación francesa


Durante la ocupación francesa la dehesa fue confiscada por el gobierno de José I y posteriormente fue vendida a Buenaventura Guyod de la Pomeraire, vecino de Guadalajara y director de sus Reales Fábricas, cual arrendó los pastos de algunos quintos pero metió el arado en dos terceras partes de la dehesa y la dio en arriendo a labradores:

“En 1811 el nuevo propietario arrendó a pasto y labor el quinto de Peñacordera por 14.400 rs. al año y cuatro años (de 29-IX-1811 a 29-IX-1815), al igual que los otros quintos. Dos terceras partes de la dehesa fueron roturadas, quedando la otra tercera parte de pasto. Al ser restituido el estado en 1813 al marqués de Villanueva de Duero y conde de Villariezo respetó los arrendamientos vigentes, que cumplían en agosto de 1817, eso sí, haciendo los correspondientes desahucios en el plazo establecido”. (7)

Tras estos años de labranza la dehesa quedó muy deteriorada. El licenciado Leonardo Gil de la Cuesta, vinculado a la Mesta dictaminó que, siendo la finca de pasto, no podían mantenerse los arrendamientos a los labradores, sino debían volver los ganados a la dehesa. Y Vicente Tejerina, mayoral de las cabañas de Rojas y Pizarro, propias del marqués de Villanueva de Duero, analizó la situación y realizó un informe en el que decía:

“… que al poner la dehesa a pasto habría que poner un nuevo guarda que deberían pagar entre todos los arrendadores por “la nezesidad de pastos y leñas” que tienen los pueblos de alrededor. Además, planteaba que dado que la dehesa estaba atravesada por un arroyo que tenía agua siempre en invierno y que dejaba algunas lagunas “suifizientes para avrevaderos” debería cambiarse la división en quintos haciendo que todos tuviesen acceso al agua y “vueno y malo”; dice que deberían ser “8 majadas completas de 800 cavezas” incluyendo en ellas las 244 fanegas “que hay trivutarias de varbecho y biñas”, pues dejando a los arrendadores el disfrute de leñas y agostaderos podría rentar de 70 a 72.000 rs. En fin, la Casa podía reservarse para su ganado el quinto de La Pradilla con el agregado del Quintillo, que puede servir para “una ermosa carnerada”, y también el del Puente, que consideraba bueno para cualquier ganado”. (8)


Guarda de la Dehesa de Villaverde . Año 1880

Siglo XX

A mediados del siglo XX aún pastaban en la dehesa de Villaverde unas dos mil cabezas de ovejas manchegas, y en la segunda mitad del siglo asistimos a la desaparición de las ovejas y con ellas las últimas generaciones de ganaderos, pastores y guardas de Villaverde (9). Y van desapareciendo sus huellas como los corrales y los chozos construidos con juncos, sólo nos quedan restos de algún viejo cercón de piedra, como el del “Corral de Laurita” en la zona del puente romano.

En homenaje a estos últimos pastores de Villaverde y por extensión a los pastores de Orgaz, transcribo el retrato que Diego Perea hace de los trabajos y saberes de estos trabajadores que durante siglos, junto a caleros, labradores, canteros, etc., fueron uno de los pilares de la economía orgaceña:


“La formación de los diferentes hatajos con la consiguiente separación de las borras (corderas antes de parir) y machorras (sin preñar) encomendadas al zagal, y su separación de las preñadas conducidas habitualmente por el mayoral, era solo la base organizativa sobre la que pivotaban otro nutrido grupo de actividades. Entre mediados y finales de noviembre comenzaba la paridera que siempre suponía un trabajo extra en la majada con el ahijado de los corderos. La imagen de los excepcionales mastines, pertrechados de aguzadas carlancas en sus cuellos, el olor a lumbre recién encendida y a pellica desollada eran una constante en aquellos años de Villaverde. Prácticas como el marcaje (“señales” consistentes encortes en las orejas), el raboteo o derrabadero (amputación de la cola), la selección de carneros, la fabricación de mandiles de esparto para evitar la cubrición, la castración, el desvieje, a selección de corderas para vida, el rancho o esquileo, el manejo del alambre (cencerros), la fabricación y manejo de las redes (hoy sustituidas por teleras), y por supuesto el ordeño eran solo algunas de las muchas actividades que dentro de poco solo conoceremos gracias a una abnegada generación que llegó a dominar como nadie un oficio en trance de desaparición”. (9)


Dehesa de Villaverde. Foto Santiago Gómez


***

No podemos dejar de mencionar la caza menor en Villaverde, presente en todas las épocas con distintas intensidades y modalidades. Refiriéndonos a los últimos tiempos, según cuentan, después de la Guerra Civil liebres y conejos escasearon en la dehesa, recuperándose después la población hasta llegar a ser muy abundantes en la segunda mitad del siglo XX, siendo frecuentes y bastante productivas las cacerías.


Dehesa de Villaverde año 1954

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(1) PORRES DE MATEO, J.; RODRIGUEZ DE GRACIA, H. y SANCHEZ GONZALEZ, R.: Descripciones del Cardenal Lorenzana.- Toledo: Instituto de Investigaciones y Estudios Toledanos, 1986

(2) Despoblado de Villaverde.-- Archivo General de Simancas. Catastro de Ensenada, Respuestas Generales, Dirección General de Rentas, 1ª Remesa. Libro 624, folios 580 vuelto a 591 recto.

(3) CUESTA NIETO, José Antonio: El condado de Villaverde (Toledo) en los siglos XVIII Y XIX.—En Tiempos Modernos: Revista Electrónica de Historia Moderna, nº 31, 2015.
El autor cita como fuente: AHPTo, Hacienda, H-715, fols. 203 vº-207.


(4) PORRES DE MATEO, J.; RODRIGUEZ DE GRACIA, H. y SANCHEZ GONZALEZ, R.: Descripciones del Cardenal Lorenzana.- Toledo: Instituto de Investigaciones y Estudios Toledanos, 1986

(5) CUESTA NIETO, José Antonio: El condado de Villaverde (Toledo) en los siglos XVIII Y XIX.—En Tiempos Modernos: Revista Electrónica de Historia Moderna, nº 31, 2015.
El autor cita como fuente: AHPTo, Hacienda, H-715, fols. 203 vº-207.

(6) Ibidem

(7) Ibidem

(8) Ibidem

(9) Resolución de la Dirección General de Ganadería sobre concesión del título de «Ganadería diplomada» a la de don Rogelio Sáez Martínez, situada en la finca «Dehesa de Villaverde», del término municipal de Orgaz (Toledo).—En BOE, nº 292, 07 -12-1961. (Rogelio Sáez Martínez, ultimo propietario de la dehesa de Villaverde).

(10) CUESTA NIETO, José Antonio: El condado de Villaverde (Toledo) en los siglos XVIII Y XIX.—En Tiempos Modernos: Revista Electrónica de Historia Moderna, nº 31, 2015.

(11) PEREA, Diego: La Naturaleza en Orgaz. Una aproximación a la Historia Natural de la Villa y su término .— Orgaz: Ayuntamiento de Orgaz , 2011, p. 361





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Creación: enero 2014 / Última modificación: abril 2021