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«Santa misión» del P. Tarín en Orgaz

El Padre Tarín

El P. Francisco Tarín Arnau (1847-1910) conocido como «Padre Tarín» fue un sacerdote de la Compañía de Jesús que adquirió gran fama como predicador popular, recorriendo miles de kilómetros para llevar las misiones por los pueblos de Castilla y Andalucía. Siendo tenido como santo ya en vida entre los católicos, fue declarado beato de la Iglesia por el papa Juan Pablo II en 1987. Murió en Sevilla y su tumba, en la Iglesia del Sagrado Corazón de los PP. Jesuitas en la calle Trajano, es objeto de veneración.

 

Estampa del P. Tarín

Nos interesa aquí no sólo su faceta apostólica sino sus convicciones políticas tradicionalistas y su posicionamiento al lado de los partidarios de don Carlos de Borbón, como se verá en los hechos ocurridos en Orgaz que vamos a relatar.

Melchor Ferrer incluye al P. Tarín en su obituario carlista del año 1910, en donde leemos:

«Francisco de P. Tarín y Arnau. Jesuíta. Misionero. Intentó alistarse en las filas carlistas en la tercera guerra, pero fue rechazado por su edad» (1)

No empuñó el P. Tarín las armas en la guerra pero por lo que vamos a ver sí llevó adelante su propia guerra con el arma de la palabra.


Agitación carlista en Orgaz


El P. Tarín, acompañado del P. Vicente Ortega, se encontraba desarrollando su actividad misionera en Orgaz a finales de la decada de los 80 del siglo XIX (2) .

Por entonces había quedado atrás la I República Española y la Restauración Monárquica con la constitución de 1876 había restablecido la religión católica como la religión del Estado, lo que fomentó un clima favorable para las misiones populares cuando la Iglesia española se creía amenazada por cierto anticlericalismo. Las misiones populares llamadas “Santas Misiones” eran instrumento de adoctrinamiento del pueblo llano, con objeto de desterrar la ignorancia y la tibieza religiosa.

Aprovechando la «Santa Misión» que se llevaba a cabo en Orgaz el P. Tarín organizó un acto cívico-religioso claramente carlista, lo que provocó la alarma y la reacción correspondiente en el Ayuntamiento constitucional de la villa, que de inmediato prohibió la manifestación que preparaba el misionero. Pero las presiones de Tarín, del párroco y de los caciques de la villa doblegaron la voluntad del Alcalde y la manifestación finalmente se celebró, desfilando desde la iglesia parroquial hasta la ermita del Socorro con cánticos de marcado carácter carlista. Así narra estos hechos el P. Alberto Risco, también jesuita, biógrafo del P. Tarín:

«La sesión plena del ayuntamiento deliberó acaloradamente sobre aquel momento histórico, uno de los difíciles por los que, sin duda, había atravesado la pacífica villa. Hubo concejal que urgió sobre la necesidad imperiosa de avisar por telégrafo al Gobernador de Toledo para notificarle el crimen de lesa patria constitucional que se estaba perpetrando en la Iglesia y pedirle el auxilio de la fuerza pública (todo rigurosamente cierto).

¿Por qué tanto revuelo? ¿Por qué rasgaban sus vestiduras aquellas honorables guardadores de la tranquilidad y del orden? Era que en la Iglesia mayor de la villa de Orgaz, un jesuita, más aún dos jesuitas porque el P. Ortega cantaba también, estaban ensayando para la manifestación cívico-religiosa de aquella tarde un canto subversivo, una marcha revolucionaria, el himno oficial de los ejércitos carlistas.

Media hora después salieron del ayuntamiento dos oficios firmados por el alcalde constitucional de la villa de Orgaz, uno dirigido a los serenos para que en adelante suprimiesen el Ave María Purísima antes de anunciar la hora; otro al jefe de los misioneros prohibiendo la manifestación cívico-religiosa de aquella tarde.

No era el jefe de los misioneros hombre que se arredrase con tan ridículas pantomimas. Se dirigió a la casa del alcalde para desvelar a algunos de los concejales del ayuntamiento a quienes se les había olvidado el artículo primero de nuestra sabia constitución.

Al despuntar la mañana del domingo el P. Tarín recorrió las calles con el rosario de la aurora, como solía; se sentó después en el confesionario, dio su misa a media mañana, y se dio en cuerpo y alma a ensayar los canticos para la romería de la tarde. Había acudido al ensayo lo más granado de los jóvenes y niños de la villa, los bancos de la Iglesia estaban repletos. De cántico en cántico, le llegó su turno a la marcha de S. Ignacio, ese valiente himno que dice Fundador sois Ignacio, etc., etc.

Los ecos del ensayo llegaron hasta la plaza que se extiende delante de la Iglesia, y el efecto producido en los que estaban en ella lo describe así un cronista: ¡Aquí fue Troya, señores! ¡Buena sarracina armó el tal padre con el tal himno!

Llegaron sus acordes a los oídos del alcalde, lo sabe también sin pérdida de tiempo la gente gorda de la villa, se hace correr rápidamente la noticia por los corrillos domingueros que, como de costumbre, había en la plaza y desde ella contemplaron atónitos los vecinos que uno después de otro y a veces de dos en dos, fueron bajando al ayuntamiento los caciques acompañados dej párroco, que tampoco era hombre que se amilanaba tan aina, y quedó revocada la orden del alcalde y la procesión cívico-religiosa llegó a la ermita de la Virgen del Socorro a los acordes de la marcha carlista y el pueblo enloqueció de júbilo sin que se le ocurriera en medio de aquel loco desborde de entusiasmo ni un solo viva a la regia persona de Don Carlos de Borbón»
(3).

D. Félix López del Vallado, Registrador de Orgaz

Las informaciones de la «Santa misión» que proporciona este biógrafo del P. Tarín también nos facilita una notica curiosa relativa al que por entonces era vecino y Registrador de la Propiedad de la villa de Orgaz.

D. Félix López del Vallado y Branat, que así se llamaba el Sr. Registrador se encontraba ya en edad de haber contraído matrimonio, y consultó con el P. Tarín la conveniencia de casarse con una orgaceña rica que al parecer le podría convenir. Las orientaciones que le dio el misionero llevaron al registrador a dejar su profesión e ingresar en la Compañía de Jesús. Así nos lo cuenta P. Alberto Risco:

«Durante aquella tan agitada y semi-cómica misión el registrador de la propiedad de Orgaz, el buen D. Félix López del Vallado le consultó al P. Tarín un caso de conciencia. Estaba soltero, en los dinteles ya de la edad madura, puesto que tenía entonces 38 años, y aún no se había decidido por un género de vida estable. ¿Le convendría tomar estado? En Orgaz encontraba a una joven de rica y piadosa familia que tal vez pudiera hacerle feliz, lo dejaba todo a la prudencia del misionero. El P. Tarín aprobó en todo aquel plan, aconsejóle, sin embargo, que antes de aventurarse a dar aquel paso se retirara a S. Jerónimo de Murcia, para hacer ejercicios espirituales, insistiendo en las reglas que pone S. Ignacio para la regla de la vida y elección del estado.

A raíz de la misión, don Félix siguió el consejo del misionero, se retiró a S. Ignacio y las reglas del S. Ignacio le señalaron un camino muy distinto del que tenía trazado , fue el camino de la religión, tomando la sotana de la Compañía de Jesús donde acaba de morir santamente siendo profesor de nuestra universidad de Deusto»
(4).

Algunos datos biográficos de Félix López del Vallado y Branat (5):

Nació en Oviedo el 23 de abril de 1853. Hermano de Fermín López del Vallado, cursa en su ciudad natal los estudios de Segunda Enseñanza y también los universitarios de Derecho, licenciándose en 1871. Durante buena parte de su vida ejerció como abogado y literato. Redactor del periódico católico La Unidad junto al cardenal Victoriano Guisaso la Menéndez y Gumersindo Solís.

En 1875 alcanza el puesto de registrador de la propiedad, que desempeña en Trujillo (Cáceres) y Orgaz (Toledo). El 15 de julio de 1889 ingresa en la Compañía de Jesús y se doctora en Derecho para formar parte del grupo de profesores de la orden. Posteriormente residió en América y de regreso a España consigue plaza de profesor en la Universidad de Deusto (Vizcaya), falleciendo el 13 de diciembre de 1918.

Obras:
• El origen formal de la sociedad, según la Escuela
• Vida del estudiante
• Cartas del estoyu
• Santa María de Siones
• Contribución al estudio de la arqueología musulmana en España
• Santa María de los Reyes y San Juan Bautista de La Guarda (Álava).

 

 

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(1) FERRER, Melchor: Historia del tradicionalismo español, Volumen 29.-- Ediciones Trajano, 1941, p. 340

(2) Como veremos más adelante Félix López del Vallado, nació en el año 1853, y en el tiempo en que se celebró la misión del P. Tarín era Registrador de Orgaz y tenía la edad de 38, quiere esto decir que la misión debió celebarse en el año 1891. Por otro lado en sus datos biográficos se dice que ingresó en la Compañía de Jesús en 1889 después de abandonar Orgaz, lo que significa que la misión tivo que ser anterior a esta fecha. Siendo ambos datos incompatibles digamos que la misión debió celebrase antes de 1889.

(3) RISCO, Alberto: El Padre Francisco de Paula Tarín de la Compañía de Jesús Apuntes biográficos de este incansable misionero a quien los pueblos han dado con justicia el título de «Apostol del Corazón de Jesús».-- Madrid : Sabastián Rodríguez Impresor, 1921.

(4) Ibidem.

(5) Tomado de: Félix López del Vallado y Branat, 1853-1918..—En Enciclopedia de Ovido [Consulta 29-07-2021]

 

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Creación: julio 2021 / Última modificación: