Villa de Orgaz > Las caleras > El calero

Villa de Orgaz

LAS CALERAS DE ORGAZ

EL CALERO, UN OFICIO QUE SE PIERDE

Sumario
Dedicatoria
Oficio antiguo
La cal
La calera Flecha
La reata

El horno
Vocabulario
Día del Calero
Imágenes
Jornadas FICAL 2014

 

La calera


Para obtener la cal viva a partir de la piedra caliza, que previamente ha sido extraída de las canteras o "sacaizos", es necesario someter la piedra a un proceso de calcinación,  por la acción del fuego. Es lo que en Orgaz se conoce como "cocer" la cal, que se lleva a cabo en la calera.

El diccionario de la RAE dice que "calera" es la "cantera que da la piedra para hacer cal"  o bien el "el horno donde se calcina la piedra caliza". En Orgaz la calera comprende generalmente los dos elementos a la vez, ya que el horno calero solía instalarse junto a la propia cantera, con vistas a la economía de medios y buscando una mayor rentabilidad.


El horno de cal

Horno de cal. Orgaz (Toledo)
Horno de cal, visto desde arriba
Foto: Santiago Gómez
 

En los pueblos de Los Montes se utilizan diversos tipos de hornos. El horno tradicional utilizado en Orgaz se construye excavando un pozo de forma cilíndrica en el suelo . Tiene tres o cuatro metros de profundidad por dos o tres metros de diámetro y una capacidad interior de de tres a cuatro metros cúbicos. Se suele revestir interiormente con una pared hecha de ladrillos de barrro.

En la parte más baja, el cilindro reduce su diámetro de tal forma que en el interior del pozo a todo su alrededor se forma un poyete o "poyal", que servirá como base donde apoyar la piedra que se va a cocer.

Este poyete tiene unos setenta centímetros de altura, constituyendo las paredes de la caldera del horno o "calderuela", el lugar donde se quemará la leña que producirá el calor necesario para oxidar la piedra. Por uno de los laterales se excava una rampa, en plano inclinado, que llega desde la superficie  hasta la base del pozo . En el encuentro de la rampa con la base del pozo se perfora éste, haciéndose una boca.

Es la zona que se conoce como "servidor", donde el calero se situará para ir introduciendo la leña que ha de calentar el horno. Esta construcción, dependiendo de la consistencia del terrero, se fortalecerá con ayuda de  piedras, allá donde sea necesario.

 

  Piedra caliza. Orgaz (Toledo)
 
Hilera: piedras preparadas para colocar en el horno
Foto: Santiago Gómez

Armar el horno

 

El calero ha pasado varios días picando con el "garrayo" en los "sacaizos" para extraer la piedra . Arrancada la piedra, el calero ha ido clasificando y colocando las piezas en "hileras".

En torno al horno  se acumula la piedra que se va a cocer clasificada en "hileras" . El calero, y su ayudante si lo tiene,  acomete una tarea que requiere sabiduría y destreza, cual es la de "armar" el horno, que consiste en llenar el horno de piedra.

 

Horno de cal. Orgaz (Toledo)  
Armando el horno
Foto: Santiago Gómez
 

Situado el calero en el fondo del horno, comienza a colocar una piedra tras otra a partir del poyete circular. El lento, y  laborioso trabajo del calero hace que el horno se vaya colmatando de piedras, cuidando de que a medida que éstas van subiendo se vaya formando una bóveda que permitirá, que las piedras se sostengan simplemente apoyándose unas sobre otras. ¡Ojo!,  no todas las piedras son iguales: hay que colocar primero las "armaeras", después los "trasquilones", seguidos de los  "regulares", "gordos", y "cantos".

Pero además, debe cuidar al colocar ordenadamente las piedras, no sólo de fabricar una bóveda resistente, sino de que el calor producido por el fuego en el hogar del horno,  se extienda por igual por toda la masa pétrea que ocupa la totalidad del horno. Es clave que entre las piedras se vayan dejando huecos, por los que pasaran las llamas y además en su conjunto harán de chimenea. Todas las piedras deben entrar en contacto con el fuego para oxidarse por incandescencia.

Una vez lleno el horno, la parte externa de la piedra, que aparece al nivel de la superficie del terreno en forma de bóveda, es recubierta por cascotes y latones, a modo de tapadera,  al objeto de aprovechar óptimamente el calor.

 

 


La quema

  Horno de cal. Orgaz (Toledo)
 
Servidor y boca del horno
Foto: Santiago Gómez

Armado ya el horno, tarea que ha durado una o dos largas jornadas de trabajo, el calero anuncia: "esta noche voy a quemar". Es costumbre encender el horno en época de buen tiempo, ya que la lluvia es un gran enemigo, y por la noche si es verano, con el fin de hacer más soportables las altas temperaturas que el calero debe soportar en la boca del horno. Llegado el atardecer el calero toma el camino de su calera.

Los "leñeros" en días pasados ha provisto al calero de sarmientos, cepas, jara traída del monte, "hojuela" , o ramas de olivo (que en Orgaz se dice "ramón").  En la posguerra, hasta este suministro era difícil, era frecuente que las autoridades requisaran la carga de jara que el leñero traía del monte, dejándole incluso sin los "ataeros" con los que poder atar sus haces de leña, aunque fuera furtivamente, para llevar el pan a su casa en los días siguientes.

 

Horno de cal. Orgaz (Toledo)  
Un descanso en el "servidor"
Foto: Santiago Gómez
 

Con más o menos dificultades, el fondo del horno ya está lleno de leña. Empieza a arder,  y una columna de humo negro se eleva hacia al cielo, indicando de forma inequívoca que allí trabaja un calero, que allí se está "hornando" la cal. Y comienza una larga noche para el calero, que ayudado de su "horquilla" ira introduciendo la leña según vaya siendo necesario y avivará el fuego ayudándose de la "hurga".

Según avanza el proceso de cocción de la piedra caliza pueden desprenderse piedras o trozos de piedras por efecto del calor, accidente que se llama "socavar", e incluso por efecto del calor pueden producirse deformaciones o abultamientos ("tripas") en el interior de la bóveda de piedra, pudiendo llegar a hundirse el horno. Es el máximo accidente que le puede ocurrir al calero, al que alude el dicho que se usa en Orgaz: "¡ Jódete calero!, que se te ha hundido el horno".
 

Un rato antes de la hora de la cena, la mujer del calero, acompañada de algún otro familiar emprende el camino de la calera, portando algunas viandas, entre las que no faltará el gazpacho, si es verano, que compartirán con el calero, a la vez que le hacen compañía y le dan conversación para hacerle más llevadera la noche. En las buenas noches del verano los chiquillos también se acercan a la calera, para  "ayudar" al abuelo y corretear por el campo a la luz de la luna. Llegada cierta hora, el calero quedará sólo frente a la boca del horno, vigilando que el fuego mantenga siempre la fuerza que la piedra requiere..  Pasadas veinticinco o treinta horas, el calero dejará de alimentar el horno. La piedra ya está calcinada. Hay que dejar pasar un par de días para que la piedra se enfríe, y la cal estará lista para usar.



 

Existió en Orgaz una calera muy particular, ya que se encontraba en el interior del castillo de la villa, que estuvo activa más de treinta años en el pasado siglo XX, cuando el castillo estaba prácticamente en ruinas.

Presento aquí dos testimonios graficos, en los que se aprecia la parte superior de horno de cal construido en el patio de la fortaleza, antes y después de la restauración del edificio:

  Horno de cal. Orgaz (Toledo)
Horno de cal. Orgaz (Toledo)  
Horno de cal en el patio castillo de Orgaz
Estado actual, colmatado en la restauración

Foto: Ada Maesso, 2013
 

Horno de cal en el patio castillo de Orgaz. Ca. 1965
Foto: Archivo de Kino Moreno-Ventas

 

Anterior
Anterior
 
Siguiente
Siguiente

Creative Commons License Los contenidos de esta web estan bajo una licencia de Creative Commons .

Creación: mayo 2001 / Última modificación: